No podemos negarlo: en España nos encanta el gin tonic. Y nos encanta además preparado de mil y una maneras, pero sobre todo, con una buena bebida tónica. Una bebida que comenzó su andadura siendo simplemente un agua carbonatada y que, con el tiempo, se ha convertido en protagonista imprescindible en cualquier celebración o reunión.
El Origen
La tónica tiene su origen en el corazón de la selva o por lo menos su ingrediente principal, la quinina. Esta sustancia natural, que presenta diversas bondades para la salud, parece haber sido descubierta por los indígenas de Perú, aunque son muchas las teorías que rodean su hallazgo.
La quinina es un compuesto obtenido de la corteza del árbol de la quina. Entre sus propiedades destaca su poder antipirético, antipalúdico y analgésico, aunque si por algo se hizo conocida fue por sus efectos contra la malaria. Sus orígenes no están del todo claros, aunque todos se sitúan en Perú y sus alrededores.
Por un lado, una de la hipótesis sostiene que un rayo alcanzó un árbol de la quina, haciendo que éste cayera sobre un lago de donde los indígenas cogían el agua para beber. Los indígenas no solo se percataron de que el agua presentaba un fuerte sabor amargo, sino que sus enfermos comenzaron a mejorar con su ingesta.
La quinina, base de la tónica, procede de la corteza de la quina
Por otro lado, hay quien considera que la popularización del principal ingrediente de la tónica encuentra su origen en la Condesa de Chinchón, esposa del Virrey del Perú. Parece ser que cuando la condesa enfermó de malaria la trataron con infusiones de corteza de quina. Una versión similar es la que sostiene que fue su marido quien enfermó y otra que simplemente sostiene que ésta vio a los indígenas utilizarla y decidió traerla a España.
También se cree que pudo no ser ella quien la introdujo en el país, sino el médico del Virrey, el Dr. Juan de la Vega. Asimismo, existe también la creencia de que fueron misioneros de la Compañía de Jesús quienes la trajeron, por lo que la quinina es también conocida como ‘polvo de los Jesuitas’.
Un poco más de historia…
Como bebida precursora a la tónica que se consume en la actualidad, está el agua carbonatada. En 1783 en Ginebra, Johann Jacob Schweppe un relojero alemán, inventa la primera agua carbonatada. En un principio se comercializó como producto medicinal para tratar indisposiciones digestivas y tuvo cierto éxito. En 1790 creó en Londres la primera fábrica junto con unos socios británicos. Con el paso del tiempo las bebidas carbonatadas aumentaron su aceptación. Jacob Schweppe falleció en 1821, pero sus sucesores continuaron innovando el producto. En 1835 lanzaron el primer refresco carbonatado de limón del mundo y habría que esperar casi 100 años más para que llegara el de naranja. La gran aceptación de los productos entre la nobleza británica hizo que se pusiera muy de moda.
El inglés William Cunnington, a fines del siglo XIX, estando en la India por motivo de unas exploraciones geológicas, observa que la gente del lugar tenía un brebaje natural muy estimulante y con propiedades digestivas. Sus ingredientes principales eran extracto de Quassia amara y quinina. Al volver a Londres elaboró un refresco con esas características y además burbujeante al hacerla una bebida gaseosa, dando inicio al luu Tonic Cunnington (Tónico Indio Cunnington). Ese fue el punto de partida que les llevó, de nuevo, a crear una bebida con orientación medicinal. El nombre viene del latín, tonĭcus, que significaba tenso. Derivó en tónico, que es algo que entona, vigoriza y por asociación a sus propiedades medicinales se le empezó llamando agua tónica. La bebida surgió al añadir quinina al agua carbonatada como medida de profilaxis contra la malaria. Su consumo inicial se limitaba a las colonias inglesas de las zonas tropicales de Asia y África; pero luego se extendió por todo el mundo.
Bueno, curiosidades hay muchísimas sobre esta preciada bebida. Si quieres tónicas de verdad especiales, contacta con nosotros, que estaremos encantados de aconsejarte acerca de la mejor para tus bebidas.